domingo, 6 de junio de 2010

¿El Aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a proposito de unos contenidos cualesquiera?

Por supuesto que no. El aprendizaje es un conjunto de acciones y sensaciones que involucran la voluntad del aprendiz, toma en cuenta los conocimientos previos y por supuesto, también es importante considerar el contexto en el que se lleva a cabo. La función mediadora del facilitador, es crear las condiciones y ambientes de armonía dentro y fuera del aula, sugerir actividades creativas, apoyarse en ejemplos esclarecedores, ejercitar la práctica, resolver problemas, atender casos, dosificar la información o contenidos del programa de estudios, tomar en cuenta la importancia de escuchar a los alumnos, transitar suavemente -aunque con firmeza- por los diversos recursos o herramientas que la didáctica y la pedagogía del adolescente nos brinda, apoyarse en el discurso verbal cuando sea necesario -pero sin abusar-, planear o anticiparse a la acción educativa y principalmente, ser empático. Tales cometidos se antojan complejos o inalcanzables, yo más bien diría que son de enorme responsabilidad.

Por otro lado, un aspecto importante para quienes practicamos la docencia, está en la forma en que observamos y medimos los aprendizajes de los discentes, y cuestiono ¿El examen escrito es la única herramienta confiable? ¿Interesa también el proceso o sólo el resultado a la hora de evaluar? ¿Le confiero un mayor valor a lo memorizado porque es garantía de que el alumno “aprendió al pie de la letra”? Por fortuna los tiempos cambian y cambian para bien. En la educación del siglo XXI, en el Bachillerato en México, le estamos apostando al aprendizaje significativo (Carl Rogers y Ausubel), que toma en cuenta los conocimientos previos, el contexto, la voluntad o conciencia, al aprendizaje situado con enfoque constructivista, así como al aprendizaje que representa atender el ser, el hacer, el conocer y el convivir con los demás, como quedó establecido en los cuatro pilares de la educación que postula Delors.

Ahora estamos inmersos en el desarrollo de competencias, y son aplicables tanto a los docentes como a los alumnos. No es concebible que se aspire egresar alumnos de bachillerato certificados en competencias –genéricas, disciplinares y profesionales- y los docentes nos mantengamos al margen de ellas.

2 comentarios:

  1. Hola Compañeros y Tutora.
    Espero se encuentren muy bien les comparto un poco de mi trabajo, esperando sus observaciones y comentarios.
    Saludos y buena suerte.

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  2. Hola:

    Comparto contigo la apreciación de que es imperante que tanto el Docente como el Discente estan emergidos en el desarrollo de competencias cada quien desde su trinchera con el fin de coincidir en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

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